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¿Cómo se recarga un coche eléctrico?

 


Te respondemos de forma sencilla: enchufándolo. Pero, ¿dónde lo enchufamos? Pues tenemos varias opciones:

  • En un enchufe convencional
  • En un cargador mural
  • En un punto de carga público
  • O en un cargador de alta potencia.


En cualquiera de estos casos debemos tener en cuenta 2 factores; el tipo de corriente y la potencia de recarga, ya que inciden directamente en la velocidad de recarga y en el tiempo que emplearemos para completar la carga.


Los coches eléctricos se pueden cargar tanto en corriente alterna, es decir, enchufes domésticos, como en corriente continua, cargadores públicos rápidos y semi-rápidos. Además, estos coches tienen un límite de potencia admitida en cada uno de los casos de recarga, la cual viene definida por su sistema de recarga de a bordo.

Qué modos de recargas existen actualmente


En la actualidad encontramos cuatro modalidades de recarga:

Recarga de modo 1


No se puede usar en coches eléctricos, pero si en cuadriciclos. Así enchufamos el coche mediante un cable convencional con un conector Schuko que trabajará a un máximo de 3,6 kw.

Recarga de modo 2


Este es el mínimo que admite un coche eléctrico y funciona utilizando el cable de recarga que viene con el propio vehículo y lleva incorporado un dispositivo de protección. Es el más habitual en los coches híbridos enchufables. No admite recargas rápidas y cuenta con una batería de baja capacidad. Consideramos que este modo de recarga puede quedarse corto para modelos 100% eléctricos de tipo medio o grande además los dispositivos de este tipo solo pueden recargar hasta 7,4 kw.

Recarga de modo 3


Esta se hace a través de un cargador mural y tiene bastantes ventajas que se basan en la comunicación establecida entre el cargador y el propio coche. Te ponemos un ejemplo: el punto de recarga no tiene tensión y únicamente se inicia la carga cuando reconoce al coche. Antes de empezar a recargar el punto comprueba que la batería está en buenas condiciones de temperatura y de diferencia de tensión entre las celdas. Además, establece la carga en función de la potencia que el coche puede asumir y de las circunstancias particulares del hogar.

Cuando usamos estos cargadores, si lo hacemos durante la madrugada, la recarga se hará a la máxima potencia disponible, pero, si, por ejemplo, recargamos nuestro coche mientras hacemos la cena, con el horno y la lavadora funcionando, disminuirá la potencia que se dedica al coche, ya que si no fuera así saltaría el sistema de protección por sobrecarga.
Cuando decidimos instalar estos sistemas de recarga en un domicilio, solemos tener un cable propio que se deja fijado en el punto de recarga y en el coche. Para el caso de cargadores públicos de este tipo, será necesario que recurramos al cable que viene cuando nos venden el coche (a veces de manera opcional).

Algunos de estos tipos de cargadores inteligentes pueden controlarse a través de aplicaciones y podemos programarlos para recargarlos en horarios Valle. En otros casos admiten que se recarguen dos vehículos a la vez repartiendo la potencia entre ambos coches.
Los puntos de recarga públicos que encontramos en aparcamientos, hoteles, restaurantes, etc, son de este tipo también. La gran mayoría trabajan en alterna entre 7,1 y 22 kw en función de si son monofásicos o trifásicos. Su protocolo de comunicación les posibilita ser gestionados por plataformas de software de las empresas que son propietarias. Su funcionamiento es realizado a través de tarjetas que están vinculadas a una cuenta de plataformas de pago. Cada una de estas empresas suministradoras tienen su propia plataforma aunque ya la mayoría son compatibles entre sí.

Recarga de modo 4


Este modo de recarga se hace en corriente continua usando cargadores instalados en el suelo y el adaptador viene integrado en el punto de recarga lo que hace que el del coche se inhiba. El cable lo encontramos siempre en el propio cargador externo (se prohíbe cargar en un cargador rápido con nuestro propio cable) de modo que debe enchufarse este al vehículo. Suelen tener un contador para facturar y trabajan a 400 u 800 voltios. Además de tener potencias de carga de 50 a 100 kw encontramos que los de carga rápida y de entre 150 y 350 kw los de carga ultrarrápida, reduce bastante el tiempo de recarga.


¿Qué tipos de conexión usaremos?


Para un enchufe normal, un cable con una toma schuko o en aquellos supuestos en los que carguemos, por ejemplo, en un cargador industrial, utilizaremos una toma Cetac. Para cargadores murales necesitamos un cable tipo 2 Mennekes-Mennekes, este puede ser más grueso en el caso de que también nos sirva para recargas trifásicas.

Consejos prácticos

  • Es aconsejable que mantengamos siempre la batería entre el 30 y el 80% de carga para que así disminuya la pérdida de capacidad que provocan los años.
  • Cada medio año, por ejemplo, es recomendable que realicemos un vaciado casi completo y posteriormente una recarga al máximo para así recalibrar la batería.
  • No te recomendamos descargar la batería al completo o realizar cargas al 100% muy seguido como tampoco es conveniente que abusemos de las cargas rápidas, a excepción de cuando estés de viaje. Pero, incluso, en este caso, es mejor tener programada una parada más y no llegar al 100% ya que de este modo reducirás el tiempo de espera (recuerda que la última parte de la recarga, del 80 al 100% se hace siempre más lentamente)
  • Realiza siempre que puedas cargas lentas puesto que es muy beneficioso para tu batería.
  • Intenta evitar cargas a temperaturas muy altas o muy bajas y recuerda siempre que podemos cargar nuestro coche aunque esté expuesto a la lluvia y también en cargadores al aire libre con temperaturas entre -30 y +50 grados.

La compra de coches eléctricos es una buena alternativa a la de los coches de combustión. Sabemos que son algo más caros, pero el coste de su uso es más económico. Lo tengas ya o si aún no te has decidido, ten en cuenta sus ventajas y los consejos que te damos para su mantenimiento.