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Malos hábitos al volante que provocan averías

 

Para muchos de nosotros el concepto de saber conducir significa conocer las normas de circulación vial, adecuar nuestra conducción a las circunstancias del tráfico, o respetar las señales. Pero la forma en que manejamos nuestro coche también influye en la mecánica del mismo. Conducir no se trata solo de arrancar y manejar los pedales y el volante. Podemos estar haciendo algo mal que a la larga perjudique a nuestro vehículo.

Buenos hábitos de conducción que previenen averías en el coche

Realizar una conducción respetuosa y moderada

Intenta no conducir de forma agresiva. Abusar del freno, derrapar en las curvas o tomar los badenes por encima de la velocidad recomendada pueden causar averías y muchas de ellas caras.

El arranque

Cuando vayas a arrancar evita mantener la llave girada más de 10 segundos. Si no arranca a la primera, debes esperar un poco hasta que el motor de arranque se enfríe y volver a intentarlo.

Acelerar sin necesidad

Arrancar el coche y acelerar en frío ya no es necesario. Esta costumbre viene de antiguo, cuando los motores no eran de inyección. Actualmente gracias a esta nueva tecnología se produce una lubricación casi inmediata. Nuestra recomendación es que conduzcas evitando acelerones y circulando de forma constante, especialmente durante los primeros minutos, para que no dañar el motor.

Cambio de Marcha

Para evitar daños en el vehículo también debemos saber cuándo es el mejor momento para cambiar de marcha.

– Motores de gasolina, debes cambiar de marcha entre las 2.000 y 2.500 revoluciones por minuto (rpm)

– Motores diésel, entre las 1.500 y 2.000 rpm.

Además, recuerda que evitar acelerones y frenazos puede reducir el consumo de carburante hasta un 40%.

Frenos

Pisar el pedal de freno sin necesidad puede pasar factura al vehículo. Frenar a pequeños golpecitos en rectas o curvas contribuye a que los frenos se desgasten antes de tiempo.
También es importante evitar las frenadas bruscas, reduciendo la velocidad antes de parar. La anticipación es la clave.

El embrague

Mantener el embrague pisado sin necesidad con la marcha engranada es un mal hábito que afecta negativamente al coche. Si tienes esta costumbre cuando esperas a que el semáforo se ponga en rojo, estás haciendo que el embrague trabaje sin necesidad.
Tampoco es aconsejable apoyar la mano en la palanca de cambios, ya que se pueden producir holguras y provocar averías.

Neumáticos, amortiguadores y suspensión

Intenta evitar los baches, dar botes en los badenes, los derrapes, etc… es decir, intenta evitar este tipo de conducción que hacen que los neumáticos, amortiguadores y otros elementos de la suspensión sufran más de la cuenta.

Conducir a bajas revoluciones

Conducir a bajas revoluciones, si no se hace de forma correcta, puede dañar elementos como la válvula EGR, el turbo o el filtro antipartículas. El mínimo para motores gasolina sería 1.400/1.500 rpm, algo menos en los diésel.

Otros errores habituales que perjudican al vehículo

– No llevar las luces a punto. Una buena iluminación es clave para una conducción segura. Avisa de tu presencia otros conductores y es indispensable para prever conductas como la frenada, por ejemplo.

– Presión de los neumáticos. Comprueba la presión de los neumáticos al menos una vez al mes. Una presión inadecuada dañará el neumático y reducirá su vida útil.

– Parabrisas roto. Llevar el parabrisas roto no solo afecta a tu visión y aumenta el riesgo de alumbramientos, también es clave para la resistencia estructural del vehículo en caso de vuelco.

En definitiva realizar una conducción respetuosa no solo te ayuda a circular con más seguridad sino que también hace que tu coche dure más tiempo, evitando averías innecesarias.
Del mismo modo, circular con un coche bien mantenido también mejora tu seguridad vial.